Constantemente, la serie de 12 Estudios
para guitarra del compositor brasileño Heitor Villa-Lobos (1887-1959) es tomada
como la más grande transformación que el instrumento fue capaz de pasar a la
posteridad. Sin embargo, esto no se plantea sólo por una declaración técnica,
como si la idea musical surgiera estanca. Esta es la postura de los estudios de
Musicología y Etnomusicología: comprobar la radiación alrededor de un objeto
que hace surgir una hipótesis inicial. Así que, para que esa afirmación técnica
se consolide, hay que contextualizarla.
Por lo tanto, hablaré de dos libros de autores-clave para la área
musical y los estudios culturales: el etnomusicólogo francés Gerard Béhague y el
musicólogo y semiólogo finlandés Eero Tarasti. Ambos, en los años 90, relativizaran
ciertas consideraciones acerca de Villa-Lobos, tan ampliamente repetidas.
Actuando en un área académica que debe seguir el mismo rigor y criterio de
razonamiento de las llamadas "ciencias duras", los dos autores
profundizaran más en la composición, la resultante sonora de Villa-Lobos. Ambos
vivenciaran el Brasil, pasando parte de su tiempo en el país y se convirtieran
en gran conocedores de que sociedad pondría emergir un compositor así. Sus
libros dan protagonismo a la guitarra en lo total de la producción
villalobiana. Me centraré en sus afirmaciones relacionadas con la creación de
los 12 Estudios.
Heitor Villa-Lobos: The Search for
Brazil’s Musical Soul.
(Heitor
Villa-Lobos: La búsqueda del alma musical de Brasil)
Editorial: Instituto de Estudios
Latinoamericanos / Universidad de Texas en Austin, 1994.
Autor: Gerard Béhague
El autor cree que ya en 1915 el contorno de Villa-Lobos como artista
no académico comienza a perfilarse – este es el año de su concierto en el
auditorio del periódico Jornal do
Comércio, lo que enfureció a los críticos de entonces, - y crecerá hasta
1918 -1919, momento de estrenos importantes y la atención permanente de los
críticos (algunos ya en positivo), dando forma a su figura como antiestablishment.
Béhague señala que a partir de esto lo invitan a la Semana de 22 (importante evento artístico
brasileño modernista en São Paulo, en 1922), por su modernidad internalizada y desafío
a los cánones de los procesos de composición (subordinación a los parámetros italiano
y francés). Fue allí donde se dio su síntesis "moderno-nacional", emblema
de un "nuevo" país que se quiere y, por supuesto, no hay nadie que se
le compare. Es así que, su modernidad se
vincula a su poética anterior desafiante y posteriormente transitará de forma
natural por el contexto histórico de la vanguardia de los años 20, en el centro
del mundo musical – París.
Acerca de los procesos de composición en Villa-Lobos, Béhague
cuestiona algunos enlaces muy mecánicos o sobrevalorados en frases de efecto, si
el folclore experimentado en sus viajes de juventud ha sido una fuente para la
creación de obras o que, por su potencial anterior, creerse que es inmune a la
exposición de los experimentos modernistas europeos. Béhague califica los viajes
(1905-1913) como su deseo de libertad y brasilidad; y si la vanguardia europea
no tuvo efecto en su forma de pensar, esto sería muy poco probable.
Sostiene que el segundo viaje a París (1927), cuando Villa-Lobos
permanece en la ciudad durante tres años, hasta mayo de 1930, con el éxito de
los dos conciertos en la Salle Gaveau, es que Villa-Lobos consolida su poética,
y que esto será sí asociado a la vanguardia parisina. Tenga en cuenta entonces
que los 12 Estudios son de 1929 y
este proceso ya está marcado en la famosa serie. El autor señala los tres
últimos estudios como algo de las innovaciones más osadas obtenidas por:
contraste dinámico, discurso musical y aspectos de reminiscencias de los
modelos rítmicos afro-brasileños, como el cambio de acentos y ostinato.
Heitor Villa-Lobos: the life and works – 1887-1959.
Heitor Villa-Lobos: la vida y obra - 1887-1959.
Editorial: Jefferson, Carolina del Norte, Londres: McFarland &
Company, Inc., Publishers, 1995.
Autor: Eero Tarasti
Como semiólogo, Tarasti sostiene que los signos débiles se pueden considerar el material verbal sobre el
compositor y los signos fuertes, las
propias composiciones. Tarasti trae la visión de un Villa-Lobos interesado en
la música popular y culta, pero con un verdadero deseo de ser un compositor de
música culta. La presencia de Arthur Rubinstein en Río de Janeiro (1918) es la
ocasión que refuerza este ideal.
Acerca de viajes por Brasil en la juventud, Tarasti sostiene que más
importante que saber en que lugares realmente Villa-Lobos fue, es ser
consciente de que rara vez se utiliza una cita folklórica o tema indígena
"recogido". Y cree que muy difícilmente ha oído la música india en
los lugares por donde pasaba; señala que de niño el oía la música nordestina (música de la región noreste de Brasil, muy
característica, oída probablemente en tertulias de migrantes en Rio). Los viajes
sirvieron para llevarlo más allá del contexto europeizante (especialmente
francés) de Río de Janeiro.
En el año 1913, cuando se casa con la pianista Lucilia Guimarães, es
importante hacer hincapié en que Lucilia ya estaba en el medio culto, lo que
refuerza la inclinación de Villa-Lobos para esta área de composición,
aumentando mucho la producción suya. Tarasti destaca los años 1917 a 1918 como de
resonancia de Impresionismo y la Escuela Rusa, y la relación con Rubinstein y
Darius Milhaud en 1918-1919 como preámbulos de su génesis. En sus viajes a
París, cree que la sociedad que frecuentaba el ambiente artístico y cultural
fue abierta a los extranjeros - querían conocer, incluso como una objeción al
academicismo.
Según Tarasti, los Choros son
las composiciones de Villa-Lobos de una nueva forma estética y técnica, esta
sería la mayor innovación que Villa-Lobos trajo a la música culta del siglo XX,
sin embargo, señala que compuso muchos otros trabajos similares, con lo que las
mismas características de Choros.
Tarasti mira los 12 Estudios,
completados en 1929, como entonaciones de la música popular carioca, en las figuras de músicos que Villa-Lobos
respetaba mucho: Quincas Laranjeiras, Anacleto de Medeiros, Sátiro Billar y
Ernesto Nazareth. Por otro lado, acordase que la conformación de la obra en Estudios, la
acerca a colecciones académicas tradicionales en las series de Chopin,
Paganini, Liszt, Debussy y Bach.
Tarasti concluye que los años en que Villa-Lobos, escribió los Estudios revelan la naturaleza
polimórfica de su pensamiento musical; este es precisamente el período de su
más alta producción de trabajo de vanguardia (configurado en el uso de
disonancias y poli ritmos), reflejando ligeramente en la guitarra para los Estudios – el proceso fue el mismo en
Chopin, que en sus estudios amplió las posibilidades técnicas y el sonido del
piano aunque la estructura tonal había permanecido relativamente estable (en
comparación con Czerny, Hummel, Weber y todos los precedentes de la literatura
de piano). Del mismo modo, los Estudios
de Villa-Lobos contienen referencias a la literatura guitarrística clásica,
pero se abren nuevas posibilidades para el uso del instrumento.
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